21 de enero de 2013

Varices masculinas: cuándo, cómo, por qué




La aparición de las varices es una señal de alerta en toda regla. Y es que éstas son la manifestación externa de un problema vascular que, de no ser tratado, puede llegar a complicarse. 

¿Qué son las varices?
Se trata de la dilatación de una o más venas de nuestro sistema vascular. Son provocadas por algún tipo de deficiencia en la función venosa, que llega a desbordarse. La insuficiencia en las venas provoca síntomas tales que la sensación de pesadez en las extremidades inferiores, la hinchazón (a veces dolorosa) de los pies y los tobillos, etc. 

¿Cómo evolucionan?
En casos graves, las varices alcanzar un grosor notable. En ese punto son susceptibles de estallar, provocando el sangrado de la variz. Pero, además, la insuficiencia venosa puede derivar en el padecimiento de calambres nocturnos, picores, hiperpigmentación de la piel, hinchazón constante de los tobillos y el surgimiento de úlceras cutáneas. Incluso puede desencadenar la trombosis de la variz, que se convierte en un cordón de textura dura, con dolor y calor asociados.

¿Las varices son cosa de hombres?
Aunque creamos lo contrario, las varices afectan tanto a hombres como a mujeres. De hecho, se estima que el 15% de ellos las sufren. Existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir esta patología. En los hombres suele estar asociada al desempeño de actividades que requieren pasar mucho tiempo de pie. Efectivamente, estudios recientes determinan que son los profesionales de la hostelería, los dependientes, cirujanos o profesores los más afectados por las varices. También son frecuentes en hombres que pasan muchas horas al día sentados. El tic masculino de tensar, presionar y cruzar las piernas al sentarse constituye un factor de riesgo en la aparición de todo tipo de problemas circulatorios. Al igual que en el caso de las varices femeninas, la obesidad, el estreñimiento o el tabaquismo aumentan exponencialmente la probabilidad de tener varices. La hernia inguinal puede tener también una cierta incidencia en el caso de los hombres. 

¿Cómo se tratan?
Actualmente suelen tratarse mediante distintas técnicas quirúrgicas, con unos resultados de lo más satisfactorio. La de mayor difusión es, probablemente, el láser (Neodimio-yag). Éste se aplica sobre pequeñas venas o capilares que se marcan en la dermis. Otro tratamiento es el llamado esclerosis, consistente en la inyección de un líquido en la vena para hacer desaparecer la varia y favorecer que la sangre fluya por una vena no dilatada alternativa. Lo mejor es siempre recurrir a profesionales de confianza que valoren la idoneidad de un tratamiento u otro. 

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